martes, 8 de noviembre de 2016

#4toJuicioBahia al Ejercito: Audiencias del 1 y 2 de Noviembre 2016


#4toJuicioBahia al Ejercito: Audiencias del 1 y 2 de Noviembre 2016

Comenzó la etapa Testimonial.

   Las Audiencias en el Juicio a los Genocidas del V Cuerpo de Ejercito, continuarán el día Martes 15 de Noviembre desde las 15 hs y el día Miércoles 16 de noviembre desde las 9 hs._


La Memoria se Construye a través del conocimiento

   Durante las dos jornadas, declararon 9 testigos-victimas. La audiencia del martes 1 de noviembre, comenzó  15.45 y no a las 15 Hs. como estaba prevista, ya que el servicio penitenciario trajo a la mayoría de los reos 45 minutos después.
 En la sala se encontraban presentes solo 9 de los 35 imputados, siguiendo el resto, la audiencia por el sistema de videoconferencia, que se interrumpió un par de veces y hubo que esperar su reconexión.
Comenzó con la posibilidad que tienen los genocidas de declarar como parte de su defensa, cosa que prefirieron no hacer los 9 que quedaban pendientes de ser escuchados.
Al pasar el genocida Walter Bartolome Tejada, a ejercer ese derecho delante de los jueces, se dirigió hacia la abogada querellante y dos integrantes de nuestra Agrupación que nos sentamos allí, y nos insultó, llamándonos  “Brujas de mierda”, cosa que escuchó todo el público presente, pero que el presidente del Tribunal, Dr. Triputti, ante el reclamo de la Abogada Mónica Fernández Avello, dijo no haber escuchado. Luego el mismo genocida siguió insultando en voz alta mientras declaraba uno de los testigos, y ahí sí, el Juez Ferro, le recrimino su conducta, instándole a que haga silencio.
Una vez que todos los inculpados, manifestaron su derecho a no declarar, se comenzó con la etapa declaratoria de los Testimonios.
Genocida Walter Bartolome Tejada, quien insulta a querellantes y testigos-victimas.
(FotoNuñez)


Los primeros Testigos-Victimas el Martes 1 de Noviembre:

  En Primer lugar declaro el Testigo Ricardo Bustos militante peronista, quien fue secuestrado en un operativo llevado adelante en su domicilio de calle Haití de nuestra ciudad, donde una treintena de efectivos con ripa de fajina y armas largas fueron a buscarlo. Luego de revisar toda la casa y robarse los elementos que encontraron,  lo suben a un camión y lo llevan al regimiento en primer lugar, donde es vendado y atado con alambres y luego conducido al Centro Clandestino La Escuelita. Una vez allí fue torturado con picana eléctrica previamente a ser mojado con agua: “Uno desaparece del mundo cuando le ponen la picana…” Lo interrogaban por su hermano Roberto Bustos. En el CCD pudo percibir la presencia de jóvenes, los cuales los tenían colgados, hacía mucho rato y pedían que por favor los maten. Relató que los hacían “caminar arriba de cadáveres”.
Relató muy angustiado, que pudo escuchar, cómo los torturadores, quemaban a un bebe de unos 8 meses con cigarrillos para que sus padres hablen, y sintió los gritos desesperados de la madre, que les pedía  que no lo quemen más…
  Sostiene que fue visitado por el Juez Madueño, su secretaria (Gloria Girotti) y otra persona más, que le tomaron declaración en lo que él cree que era el patio de la Escuelita.
  De la Escuelita es sacado, y previo simulacro de fusilamiento, es conducido a la UP4 de Villa Floresta a disposición del PEN, junto a su hermana Mirta y a Aníbal Lambrech. Lo tienen 10 días en la Cárcel y luego es liberado con la advertencia que si “lo veían en la calle lo iban a matar como a un perro”.
  Durante la dictadura fueron secuestrados y luego pasados a prisión, casi todos sus hermanos.
Las consecuencias personales las padece hasta el día de hoy, que debe tomar medicamentos y antidepresivos.
    En Segundo lugar dio su testimonio José Emilio Aspiroz, vecino y amigo de las víctimas de la familia Bustos, y el cual también fue secuestrado en ese operativo en la madrugada del 24 de marzo de 1976, donde seis personas “disfrazadas con máscaras” le entraron a su casa pateando las puertas y golpeando a su madre en la cara con la misma, y apuntando con las armas a sus hijos de 4 y 9 años, lo patearon e hicieron vestir para llevárselo secuestrado. Fue llevado junto a Rubén, René, Raúl Bustos y Ricardo Cardinalli. Fue llevado al Regimiento y alojado en la caballeriza vendado y atado, por algunos días.. Un día le trajeron ropa limpia, lo desataron, le dan una hoja y le hacen firmar bajo juramento que había sido bien tratado, lo cual “era una mentira y perdí la razón porque creí que me mataban”. Lo sacan de allí en una camioneta de la Policía Federal y lo llevan a la sede de Rondeau de la Federal, donde el jefe lo recuerda como BALDOVINO, quien le pidió disculpas, ya que “hay gente que paga y no tiene nada que ver”. Allí queda libre y se va caminando a su casa, que llega de madrugada.
Los que lo secuestraron aprovecharon y robaron cuanto pudieron de su casa, dinero, cuchillos de oro y plata, mercadería, ya que tenían una despensa, y cometieron destrozos a tal punto que no pudieron continuar con el negocio, por no poder reponer lo roto y robado. Durante su cautiverio escucho gritos y torturas a otra gente que gritaban que los maten.
Le quedaron secuelas psicológicas, tanto a él como a sus hijos, y también sufrió la pérdida de un riñón, que el médico le aseguró que se atrofio debido a los golpes recibidos. Le dijo al tribunal sentirse muy mal por estar allí declarando y que esperaba que sea la última vez.
   La tercer Testigo Josefina de las Nieves Concha Álvarez fue secuestrada el 21 de julio de 1976 en su trabajo, en la casa de un médico en calle España de nuestra ciudad y llevada a una comisaría, donde es interrogada y torturada, al mismo tiempo que le mostraban fotos de personas, de las cuales algunas conocía y otras no. Entre las fotos que pudo reconocer, estaban Zulma Matzkin, Alejandro Mónaco y la Vasca Izurieta, todos ellos militantes sociales y de la juventud Peronista  desaparecidos. De allí es trasladada a un lugar, que con el tiempo supo que era La Escuelita y en el cual había mucha gente compartiendo el secuestro con ella. Entre los sobrenombres de sus captores y guardias recuerda: Zorro, Zorzal, Jilguero, El loco. Un compañero de cautiverio, le conto que una noche, llegaron todos los torturadores borrachos y habían violado a todas las mujeres.
Permaneció 9 días desaparecida y fue liberada el 30 de julio junto con otra chica.
En 1978 es secuestrada por segunda vez en un operativo  en el barrio Mataderos, pero es llevada directamente a la cárcel junto a tres mujeres más, donde  permaneció alrededor de 17 días.
Concluye el testimonio pidiendo que se haga justicia y que esto no vuelva a pasar nunca más.

   Concluida la 5ta Audiencia en el Juicio a los Genocidas del V Cuerpo de Ejército a las 18.30 Hs. aproximadamente. Se reanuda al otro día, 2 de Noviembre cuando faltaban cinco minutos para las 10 Hs prosiguiendo con la Declaración de Testigos.
(Foto EcoDias)

(Foto EcoDias)














Miércoles 2 de Noviembre: Continúan los Testimonios.

La Primera en declarar en la mañana del miércoles fue Paula Blaser, Hija de Laura Manzo quien fue secuestrada el 29 de diciembre de 1975 junto a María Emilia Salto y Daniel Bombara en el barrio noroeste de nuestra ciudad, cuando ella contaba con 6 años de edad. Los tres militantes sociales y de la Juventud Peronista fueron llevados primero a una comisaría y luego a un lugar descampado en las afueras de la ciudad, lo que presumen que puede haber sido La Escuelita. Allí todos fueron sometidos a torturas, ensañándose particularmente con Daniel Bombara. Luego son sacados de ese lugar de tortura  y a su madre la dejan en la comisaría 2da. La pareja de su madre la lleva con otros compañeros que la cuidaron hasta que llegaron sus abuelos de Rio Gallegos. Junto a sus abuelos emprendieron la búsqueda de su madre por la ciudad, presentando habeas corpus y reclamos, sin respuestas, hasta ante la insistencia, en la comisaria le dijeron que la tenían ahí, pero no se la dejaron ver. Su madre, Laura, es trasladada a la cárcel UP4. Recién allí su abuela puede verla y es donde Laura le cuenta sobre las torturas recibidas  y los nombres de los torturadores, que eran Noel, Salinas y Kussman. Años después encuentran la carta donde su abuela había escrito estos nombres. Paula cuenta que en el año 2009 le llegó a Laura la citación para declarar en Juicio, pero había fallecido hacia 3 años exactamente debido a una enfermedad terminal. Su abuela que aún vivía, pidió que la llamen a declarar a ella, pero también falleció antes de la realización de los juicios, en el año 2010, lo que da cuenta del daño que produce la lentitud en estos procesos judiciales. El relato de Paula se basa en sus propios recuerdos y en las charlas con su abuela y su madre. Con respecto a Bombara, en la cárcel Laura Manzo escuchó que no lo habían querido recibir allí por el estado en el que se encontraba, moribundo, y que al no tener el aparato represivo de desaparición de personas, aún muy aceitado,  simulan toda la circunstancia de la muerte de Bombara, donde versionan la mentira de que un grupo de Montoneros  robó su cuerpo de la ambulancia policial. Bombara  ya había muerto por la tortura y no sabían qué hacer con su cadáver. Queda plasmada así la connivencia entre el Poder Judicial, el aparato represor y La Nueva Provincia que publica la farsa.
  Su madre permanece en la Cárcel hasta Agosto de 1981. De Villa Floresta la trasladan a Olmos, luego regresa a Bahía Blanca y por último es trasladada a Devoto. En Olmos, le toma declaración el Juez bahiense Madueño, junto con su secretario Hugo Mario Sierra. Declara las torturas y vejámenes pasados, aunque el juez no hace absolutamente nada. La testigo le entrega copia de esas declaraciones al TOF, con las firmas de Madueño, Sierra y de su madre. 
Paula relata las dificultades para poder ver a su madre durante esos años presa, donde el contacto físico era prácticamente nulo, solo por medio de rejas o de un tipo “locutorio”. También da cuenta de allanamientos y persecuciones que sufrieron ella y sus abuelos, mientras su madre estaba presa. En Agosto del año 1981, sale de la cárcel con libertad vigilada, a ella y a toda la familia. En el año 1982, ya con libertad completa, decidieron irse al exilio a Bélgica.
Entre los compañeros de su madre en Bahía Blanca Paula recuerda un matrimonio y sus tres hijos con los cuales compartían los juegos y  vivencias  de sus infancias en ese momento, que eran los hijos del matrimonio Santucho-Ginder y recordó principalmente a Mónica Santucho la mayor, quien también fue secuestrada torturada y desaparecida con solo 14 años. Enterarse de eso, fue muy conmovedor para ella.
  Paula remarca que las consecuencias de todo esto, son personales, pero también familiares y colectivas, ya que nos pasó a todos como sociedad.
“Estoy presente para declarar en parte por mí, pero fundamentalmente por mi mama Laura Manzo, que no llego a estar, por mi abuela Catalina Repetto que tampoco llego a estar, por mi abuelo Leandro Manzo, Polo, que tampoco llego a estar y esto hace a los tiempos de la justicia, a los tiempos de la espera. Desde lo personal podría decir que estoy esperando hace 40 años que esto pase, de mis 7 en que se la llevaron y todo lo que seguí viviendo después. Desde la democracia puedo decir que hace 30 años que estoy esperando que esto suceda.”
  “Quisiera decir una última cosa, Me Indigna que estos señores, muchos de ellos, estén con Prisión domiciliaria, me indigna enormemente, porque son culpables de Delitos de Lesa Humanidad, Yo soy la víctima, yo como muchos otros compañeros, no puede ser que nos estemos cruzando en las calles con esta gente y que sus guardadoras, sean sus propias mujeres, o sea, váyanse a pasear con sus mujeres… Realmente es indignante y hace que Uno se sienta absolutamente vulnerable, espero que se pueda remediar eso. Y en relación a todos esos años de espera, que hoy por hoy vengan a pedir prisión domiciliaria o que apelen a la edad que tienen avanzada algunos, bien señores, háganse cargo de lo que hicieron porque en definitiva se tardó muchísimos años en llegar a instancias como estas, las cuales valoro y agradezco profundamente, pero se tardaron muchísimos años. Si llegamos con ustedes ya grandes a esta altura, es porque también pudieron vivir toda una vida Impunes y libremente, pero ya no lo son más, No para la sociedad, espero que también Acá, se haga Justicia. Y no pueden estar en prisiones especiales o domiciliarias, yo a mi mama durante años la tuve que ver a través de un vidrio sin siquiera poder tocarla… lo mínimo es que tengan cárcel común y paguen por lo que hicieron”
  Así cerró Paula su testimonio en el medio de los aplausos del público presente.

  En segundo lugar declara Noemí Fiorito de Labrune,   86 años, es fundadora de APDH Neuquén en 1976, cuando  ante el llamado del obispo neuquino De Nevares para la conformación ciudadana de una organización que actuara en defensa de los derechos humanos, los Labrune  junto a varias familias del resto del Alto Valle conformaron la APDH.
Fue testigo en el primer juicio de Lesa Humanidad del Vto. Cuerpo de Ejército, en esta oportunidad, fue citada a declarar acerca de  los  imputados Arsenio Lavayén, guardia de la Escuelita apodado “Zorzal”, Oscar Lorenzo Reinhold, Antonio Alberto Camarelli y Osvaldo Antonio Laurella Crippa.
Su testimonio se basó en acciones que realizaron para la búsqueda de personas en Neuquén y la zona, así como también las acciones tendientes a la liberación o mejoramiento de los detenidos que se encontraban en la cárcel durante la dictadura militar. A su vez, puntualizó sobre las entrevistas que realizó como miembro de la APDH a los guardias de La Escuelita, en los años ’90 cuando imperaban las leyes de impunidad, los cuales confesaron su participación allí. Al referirse a ese momento, Noemí dijo que tanto para ella como para los que habían sido guardias era impensada la posibilidad de juicios.  Para la APDH estaban desesperanzados con respecto de la posibilidad de los juicios y para los que cometieron los delitos  estaban esperanzados seriamente que no iba a ver juicios.   
    El tercer testimonio corresponde a Gladys Inés Espínola Vera, quien declaró a través de video conferencia desde el Consejo de la Magistratura. Era amiga de Laura Manzo, se conocieron después que Laura salió de la cárcel, en agosto de 1981, ni bien salió de la cárcel. Laura le contó todo lo que sufrió en cautiverio, sobre las torturas, la vida en la cárcel y tenía conocimiento de una carta que se había escrito.
   Luego declaró María Cristina Prado, a través de video conferencia desde el Consejo de la Magistratura. Es víctima, testificó por el caso de María Emilia Salto y relató su experiencia.
Fue secuestrada de su casa en la localidad de Dorrego, a los 21 años. Estudiante de  Filosofía y Pedagogía en la UNS y vivía en  Bahía Blanca con dos personas más. En el momento del secuestro, los captores tenían la cara cubierta, la suben a un camión y la trasladan al CCD La Escuelita, donde permaneció allí durante 17 días. Estuvo con los ojos vendados, esposada a la cama de las cuchetas. Relató que para ir al baño siempre era custodiada por los guardias.
A los 17 días fue blanqueada su situación y con el “laucha” la llevan en una camioneta a la cárcel de Villa Floresta. Allí había presas comunes y políticas, entre las que se encontraba Laura Manzo y María Emilia Salto.  Cuenta que a las presas de la Unidad Penitencial N° 4 las trasladaban algunas a Olmos y otras a Devoto. Ella fue trasladada de Villa Floresta a Devoto junto a Laura Manzo y María Emilia Salto. El traslado fue en avión donde sufrió maltrato y violencia. Había música muy fuerte, la canción que se escuchaba era “Killing me softly”, la traducción es “Mátame suavemente”, estaba sentada y  tenía  la cabeza debajo de las piernas y fue muy perturbador para ella.
      El anteúltimo testimonio fue el de Liliana Griskan, es víctima del Terrorismo de Estado, tenía 22 años y era militante estudiantil. Entre fines de septiembre y mediados de octubre de 1976,  cuando cursaba el segundo año en la Universidad Nacional del Sur, un operativo rastrillo entró en su casa en la calle Estomba al 300 alrededor de las 12 del mediodía, cuyo único objetivo aparente fue su casa, porque fue el único lugar donde entraron. Estaban uniformados y con armas. Destruyeron todo en la casa, tiraron panfletos en su habitación. Luego de romper todo les dicen que a las 14hs van a volver. Liliana, el padre y el hermano no entendían. Efectivamente a las 14hs los van a buscar en un camión militar donde secuestran a su padre, a su hermano y a Liliana y los trasladan al Vto. Cuerpo de Ejército. Allí adentro, al hermano y al padre los derivan a una dependencia del Vto. Cuerpo y a ella a la Sala de Guardia del mismo lugar. Eran separados los hombres por un lado y las mujeres por otro. Cuando ingresa ve a tres o cuatro mujeres que estaban allí en la misma situación que ella y permaneció  tres semanas en ese lugar hasta que le otorgan la libertad junto a su hermano y su padre.
     Liliana relató que la interrogaban todo el tiempo sobre la UNS, sobre los estudiantes y las actividades políticas y estudiantiles y que para los interrogatorios las llevaban a otro sitio dentro del Vto. Cuerpo.
Ella era militante estudiantil en ese momento, adherente a la JUP (Juventud Universitaria Peronista) y cuando Remus Tetu cierras las carreras para todos los alumnos que no tuvieran el 50% de las carreras como Economía, Historia, Letras, etc., los estudiantes iban casa por casa  pidiendo firmas para que abrieran las carreras, iban a asambleas, etc. Relata que en ese clima mataron a un compañero Fernando Alduvino como así también a Watu (por Watu Cilleruello) y que posteriormente fueron secuestradas y desaparecidas Zulma Izurieta, Graciela Izurieta y Cora Pioli, todas estudiantes de la UNS. Recordó   también que fue secuestrada Alicia Partnoy (también estudiante de Humanidades)  junto a Carlos Sanabria y luego fueron liberados.
     En el operativo estaba el entonces Teniente Lawless. El padre y el hermano lo conocían  por  un inconveniente terrible con Lawless por un choque vehicular con el hermano uno o dos años antes del operativo, y lo reconocieron en ese momento,  en el operativo rastrillo que hacen en su casa.  Ella no lo conocía hasta que estuvo secuestrada en el Vto. Cuerpo de Ejército y  Lawless se presentó con otro nombre, se hizo llamar Jorge. Al día siguiente un soldado le comentó quién era y que se llamaba Alejandro. Lawless la “visitó” al menos dos o tres veces mientras ella estuvo en ese lugar.
      También refirió  que conoció en la Sala de Guardia al por entonces, Teniente Coronel Tauber, que la llamó para interrogarla sobre el ámbito de la UNS, le mostró una mesa llena de libros y le dijo que eso es lo que había incautado a los subversivos y que él se formaba ideológicamente con ese material. Fue la única vez que lo vio. Del mismo modo, explicó  que siempre estaba presente el Capitán Otero, que ella nunca lo vio, pero escuchaba  en los pasillos que lo saludaban y  que él formaba parte de la gente que estaba allí.
     En la Sala de Guardia estaban a cara descubierta y sin esposas, tenían televisión y las sometían a torturas psicológicas todo el tiempo.
     En su declaración enfatizó que siendo judío uno las pasaba doblemente peor en esas circunstancias en donde los tormentos se duplicaban.
Cuando obtuvo  la libertad, se casó  y se fue al exilio a Israel.
       Al finalizar su testimonio expresó: “Llevo en los genes la memoria de un genocidio, viví históricamente la muerte de mis compañeros más queridos a los cuales reivindico profundamente…Que se haga justicia, porque es la única arma que tiene la sociedad para que estas monstruosidades no se cometan nunca más y para que podamos respirar un clima de justicia y de utopía social y de convivencia fraterna entre las personas”.

(*) El choque con Lawless y sus consecuencias para la familia Griskan:
Fue un episodio que sufrió la familia Griskan entre el año 1974 y 1975, el hermano tuvo un choque con el entonces Teniente Lawless y por ese motivo, hacen un acuerdo entre ellos, el auto del hermano iba a ser arreglado por el Ejército y  cuando al hermano le entregaran el dinero del seguro se lo iba a dar a Lawless. En ese transcurso de tiempo, mientras el auto estaba en el Vto. Cuerpo de Ejército, Lawless iba a la casa de Griskan y hablaba amigablemente con el padre y el hermano.  Cuando el hermano y el padre ven el estado del auto, quiebran el trato al constatar el auto estaba en  pésimas condiciones además que le habían robado todo lo que había adentro.
A pocos meses de este episodio, al hermano de Liliana le reabrieron la libreta militar y lo enviaron a Colonia Sarmiento. Él había  quedado liberado del Servicio Militar por un problema de columna antes del choque. Al mes de estar en Colonia Sarmiento, la familia recibió la noticia que estaba con un problema psíquico grave y con inmovilidad en las piernas. Lo trasladaron a Campo de Mayo y en ese lugar le aseguraron a la familia Griskan que le habían dado órdenes expresas  por parte de Lawless de maltratar a Griskan. Le dieron la baja y al año siguiente aproximadamente realizaron el operativo rastrillo en la casa familiar.

       El sexto y último testimonio fue el de Pedro Alberto Golub,  víctima de los delitos de lesa humanidad cometidos por el Vto. Cuerpo de Ejército y declaró  por el caso Griskan.
Secuestran a su hermano y a su primo en Mayor Buratovich y Pedro comienza la búsqueda incansable para encontrarlos, entre tantos trámites que realizó, presentó habeas corpus en el Colegio de Abogados de Bahía Blanca. Sospechaba que estaban en el Vto. Cuerpo de Ejército por los contactos con los que habló  en el momento de la búsqueda.  Se acercó al Ejército con su cuñada que estaba embarazada y la  mujer de su primo. Esperaron  allí un rato hasta que de la guardia del Vto. Cuerpo de Ejército le dicen que  ahí  no pueden permanecer y  que para obtener información tenían que esperar en la entrada del Parque de Mayo. Así lo hicieron, fueron hasta la entrada del Parque, aparece un Ford Falcon y los secuestran.
     Los trasladaron adentro del Vto. Cuerpo de Ejército,  liberan a la cuñada y a la otra mujer, mientras que a él lo mantienen allí, lo llevan a las dependencias donde tocaba la Banda del Ejército y ve que en ese lugar estaban su hermano y su primo.  Permanece secuestrado durante 21 días, el primo y el hermano salen en libertad una semana antes que Pedro Golub. Estando allí, pudo ver que los Griskan,  padre e hijo, ingresaron una semana después que él. También se encontraban  Dexter y Ricardo del Río, entre otras personas.
     Relató que él conocía  desde antes de su secuestro todo lo sucedido con la familia Griskan, sobre el siniestro con Lawless y lo ocurrido después con el Servicio Militar del hijo Griskan porque era muy amigo de la familia.
 
(Foto Luis Salomon)


    Al finalizar los testimonios del  día, el Fiscal José Nebbia insistió en el pedido que había hecho oportunamente en la audiencia del día miércoles 19 de octubre que los detenidos que tienen prisión domiciliaria en la ciudad, se acerquen a la Unidad Penitencia N° 4 y de allí se trasladen en el camión  junto con los demás hasta Colón 80, y luego al finalizar las audiencias sean retirados  del recinto de la misma manera, para evitar el contacto con las víctimas y los familiares de las víctimas en la calle. El fiscal Nebbia relató que al finalizar la audiencia del día anterior había presenciado una situación que resultó bastante violenta cuando los imputados se retiraban con sus guardadoras, esbozando alguna sonrisa al cruzarse con víctimas sobrevivientes y familiares de las víctimas.
   El Tribunal respondió ya había tomado una decisión al respecto cuando fue planteado por primera vez por el Fiscal Palazzani y que se iban  a tomar las medidas pertinentes para ver si se había desobedecido esa resolución.
  La situación con los Reos que tienen domiciliaria era exactamente la misma, por lo que nosotros sabemos que no se había obedecido ninguna disposición, en caso que se hubiese dado realmente.
 
(Foto Luis Salomon)


  

 El día martes 1, presenciaron las Audiencias estudiantes de la Escuela Media Nº6, de calle Vieytes y el miercoles 2, asistieron alumnos del Colegio Mosconi de Ing. White.
  Docentes o alumnos/as de 16 años en adelante que quieran asistir al juicio en esta importante etapa testimonial, pueden escribir notificando la concurrencia a la secretaria del TOF: francisco.pereyra@pjn.gov.ar
      Nuestra presencia es sumamente importante en esta etapa, donde las víctimas, familiares y testigos, declaran toda su experiencia, dolorosamente vivida. Acompañémoslos, no los dejemos solos. Para asistir sólo hay que llevar el DNI y ser mayor de edad.

 Las Audiencias en el Juicio a los Genocidas del V Cuerpo de Ejercito, continuarán el día Martes 15 de Noviembre desde las 15 hs y el día Miércoles 16 de noviembre desde las 9 hs._





EL ÚNICO LUGAR PARA LOS GENOCIDAS ES LA CÁRCEL COMÚN!!
JUICIO Y CASTIGO A TODOS LOS RESPONSABLES DEL GENOCIDIO!
NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS, NO NOS RECONCILIAMOS.


(Lo aquí expuesto, no es una cobertura periodística, ni mucho menos, sino solo un registro militante de lo sucedido en las Audiencias desde nuestra mirada.)

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